Yo estuve allí, con los Ruiz Pons: "Esta casa era una ruina"

Bueno, pues este domingo celebramos la comunión de mi sobrina Gracia, que estaba preciosa, y tuvimos una gran sorpresa todos los presentes. Para el convite nos juntamos en el chalet de unos amigos contratando un catering con dos familias más que también celebraban la comunión de sus hijos. Todo iba muy bien y estabamos tranquilamente tomando café cuando irrumpió en el chalet Jorge Fernandez, el presentador de Esta casa era una ruina con un montón de cámaras, micrófonos, todo el equipo del programa y llamaron a la familia Ruiz Pons, una de las familias de los comuniantes, lástima que no haya sido la de mi cuñada, pero es que ella misma era una de las cómplices y de las pocas personas que sabía lo que iba a pasar, si es que se mete en todo la tía. Todo fue superemocionante. La gente estábamos alucinando y todo el mundo reía. La familia en cuestión lloraban y saltaban de emoción. Mi cuñada estaba superemocionada, habló con Jorge, con las tres chicas y el de la gorrita que dice que es el que se había puesto en contacto con ella para organizarlo. Fue muy bonito poder acompañar a estos amigos en este momento tan emotivo de sus vidas. La verdad es que se lo merecen, porque es una familia supernumerosa (14 miembros) y con la madre y 5 hijos de los 12 que son, con una enfermedad muy mala, fibrósis quística. Parece mentira que sufran tanto, se les ve siempre tan felices y unidos.
Aquí tenéis las pruebas de la superaventura que hemos vivido. Nos lo pasamos genial. Y los tres comuniantes no creo que olviden el día de su comunión nunca, de normal no se olvida, pero con esta aventura mucho menos.

Esta última foto es muy divertida porque todos nos salimos fuera a despedirlos y justo antes de subir al autobús se dieron cuenta de que faltaba el pequeño de la familia, que no se había enterado de que todos se iban ya hacia el autobús, porque, ajeno a todo el follón se estaba columpiando.


Aquí, aunque está borrosa, podemos ver a la madre con alguna de las hijas y las cámaras y micrófonos con los que irrumpieron en la entrada del jardín.